viernes, 15 de junio de 2012

Violencia en el noviazgo
Por Carlos Alaín Luna Alonso

Nuestra cultura occidental ha desarrollado un estilo de vida propio: educación, alimentación, vestido, tradiciones, creencias, aptitudes, valores, etcétera. Esta cultura permite crear una manera de comportarse y de actuar ante su grupo y sobre todo guía la manera en que el hombre se desenvolverá ante situaciones conflictivas que se dan en su entorno en diversas áreas y los subgrupos en los que conviven los integrantes de la sociedad.
 Será preciso considerar el porcentaje de la población juvenil en México, y para ellos se tomó la encuesta que lleva a cabo el Instituto Nacional de la Juventud donde dice que la población joven, de entre 15 y 24 años constituyen casi el 20% de la población total del país, lo cual da pauta para tener en cuenta que ésta población se encuentra en una etapa frágil y a la vez difícil dado que las relaciones de noviazgo ya están en su vida.
Para ello, hay que mencionar que las relaciones en pareja son situaciones que en cierta etapa de la vida se muestran con gran felicidad y serenidad por un periodo, pero cuando en una pareja se da una situación que termina en una agresión, física o psicológica en específico a un solo miembro de la relación.
Para esto el trabajo presenta cómo es que se maneja la violencia en una relación cuando los distintos campos de comunicación que suelen fallar o ser mal descifrados por el otro.
En nuestra sociedad –desgraciadamente– se relacionan de manera natural los conflictos, peleas, palabras duras, sarcasmos hirientes. En ciertos casos se cree que es imposible tener una relación de noviazgo perfecto, y efectivamente, es imposible, pero esa perfección se encuentra mucho más lejos de lo que debiera ser.
Dentro de las relaciones de noviazgo las personas buscan compañía, amor, confianza, apoyo y sobre todo a alguien para hacer su vida más placentera. Eso es motivo suficiente para que alguien decida comenzar una relación de pareja.

jueves, 14 de junio de 2012

La Pintura de José Clemente Orozco como símbolo de cultural sobre el pensamiento de nuevas generaciones en México. 

La investigación busca desempolvar los diferentes aspectos de la vida y obra del artista mexicano para poder así ampliar un poco la información que se tiene de él y lograr atar cabos con los movimientos artísticos que podemos encontrar en el México contemporáneo. 

Las expresiones artísticas han ido de la mano de los movimientos sociales en la historia de nuestro país, sin embargo la falta de información, o la desaparición de ella, han mermado la comprensión y el conocimiento total de los movimientos y expresiones que han permitido cambiar, en cierto modo, la historia de México. 

José Clemente Orozco es, tal vez, uno de los personajes de mayor importancia en el muralismo mexicano, siempre estuvo rodeado de furias y de ambición, pero no permearon en su vida; junto a él también estuvo la sensibilidad y el apoyo de personas que después serían su ángel de la guarda, y le mostrarían que el camino de su emancipación era el lienzo en la pared.

El muralismo nació como una forma de educar a la gente, de hacerlos saber qué estaba pasando a su lado. Cabe recordar que en épocas revolucionarias, el analfabetismo era una constante entre los pobladores del México porfiriano.

El movimiento artístico mexicano se distinguió por estar relacionado muy estrechamente con las ideas políticas y sociales de sus autores. En la década de los treinta era ya una consigna y seguía manteniendo a sus líderes a la cabeza, pintando obras de una proyección plástica imponente, como los realizados por Diego Rivera en la Escuela Nacional de Agricultura en Chapingo o los del Hospicio Cabañas de Guadalajara por José Clemente Orozco.

Las obras del artista nacido en Jalisco, sin embargo, han impresionado a más de uno en todo el mundo por su sentido crítico y crudo, es bien sabido que en sus lienzos plasmaba sus ideas de la vida, del mundo y su entorno -siglo XX-, dejando de lado su ideología política. Ésto es lo que lo diferencia de los otros muralistas mexicanos de renombre.

Partiremos del pensamiento catastrofista internándonos en la vida del autor. Como se especifica en el trabajo, Orozco perdió su mano izquierda a los pocos años de edad, a partir de entonces entendió que para vivir no se necesita fuerza, sino voluntad, y comenzó a crear su arte desde otro enfoque, quizás desde entonces, lo transgresivo comenzó a apropiarse de él.

Los murales que pintó a lo largo de su carrera logran plasmar lo complicada e injusta que suele ser la vida. En la investigación se abordaron diversos ejemplos donde el pensamiento apocalíptico del autor siempre salpica las obras y se convierte en su sello característico. Bien puede ir desde la visión incrédula de la historia, hasta el retrato de la sociedad africana, sin recursos para llevar una vida decorosa. 

El científico artista, utilizó sus conocimientos en matemáticas y geometría para darle mayor pertinencia y orden a sus obras, lo cual ha dejado halagos y reconocimientos a lo largo del orbe, puesto que su arte es valorado como cien por ciento genuino, ya que los trazos expresionistas geométricos y la ideología propia del autor plasmada en los lienzos han dejado huella en la memoria colectiva y artística del mundo como algo único.

Sin embargo, después de la investigación se pudo notar que en espacios culturales para el arte se observan trazos parecidos a los de él, sin embargo, los medios de información de nuestro país y la nula educación crítica han contribuido a la poperización del arte, es decir y como se expresa en la exposición de arte en La Casa del Lago de la UNAM donde se toca el tema de la desvalorización intelectual del arte.

El arte se ha convertido en un  tipo de cambio, en una mera mercancía. En muchas ocasiones se ha dejado de lado la transmisión de algo, en aspectos políticos y de transmisión de ideologías a las masas, para centrarse en la recreación de escenarios que garantizan la entrada de capital y el reconocimiento de las élites compradoras.

Para generar un cambio es necesario regresar a las bases de nuestra cultura, y esto se logrará rompiendo los paradigmas que impone el sistema. El arte es un arma valiosa, puesto que representa una llave que entra directamente al inconsciente de los individuos, los dota de sentido y les explica el mundo.

Las revoluciones deben empezar por la cabeza, pero deben sentirse y en nuestro país hacen falta Orozcos, es decir, artistas que a pesar de las jugarretas que les ponga la vida, siguen plasmando su visión y sus objetivos en la vida, sin amarrarse a una corriente de pensamiento podrida y corrupta, como lo fue el socialismo en la época de nuestro autor.

 El arte de José Clemente Orozco es un legado que ha sido tomado a la ligera por las juventudes mexicanas, y para combatirlo es necesario echar mano de la observación para poder conocer y sobre todo, un cambio en la educación del país, puesto que en eras de la mundialización del conocimiento, y a su vez del arte, los esfuerzos que realizaron los autores revolucionarios quedan desprotegidos y mal interpretados ante la lógica de que lo bonito vende más que un pensamiento que va en contra del sistema que impera en el mundo.

jueves, 17 de febrero de 2011

Anti crónica amorosa

El clima de inseguridad que se vive en el país me hace pensar si realmente se puede hablar de amor y amistad en estos días. ¿Se puede hablar de cariño cuando en el país mueren personas como si fueran moscos?
 Me levanté a las 11 de la mañana, como casi todos los días, mi abuela ya había hecho la avena que tanto me gusta y que me ayuda a distraer el hambre por un rato.
            “Feliz día del amor y la amistad” dijo mi mamá con voz alegre, esperando lo mismo de mi parte. “Feliz día mamá” le dije abúlicamente. Segundos después estaba en la computadora, haciendo el chequeo de rutina en los periódicos. La violencia en nuestro país es un punto en común en todos los estados.
            Me alisté para ir a desayunar con las dos mujeres que día a día intentan domar a la fierecilla que a veces soy. De camino al restaurante, los comerciantes hacían su agosto con la venta de rosas, chocolates y hasta muñecos de peluche en las esquinas de nuestra atareada pero amorosa ciudad.
            “Están carísimas las rosas, yo no pagaría 180 pesos por un ramo de flores” dijo mi mamá un segundo después de preguntarle al señor que hoy se dedica a vender rosas, otros días es uno más de los que limpian parabrisas en la Mérida y Álvaro Obregón.
            Ya entrados en el desayuno, observé que los meseros traían un corazón en la remera de trabajo. “Ya ves, hasta ellos festejan el día del amor, lástima que sus caras digan lo contrario” comenté entre risas. El olor a salsa verde inundaba toda la sala.
            El desayuno transcurrió tranquilo entre nosotros. En la mesa contigua, una pareja disfrutaba de un plato de fruta para los dos, las mismas flores que ocho minutos antes había rechazado Guadalupe Fiesco estaban cerca de nosotros.
            Entre risas y te amos comí mis enchiladas, algo malas, por cierto. Del otro lado de nuestra mesa, un señor leía el periódico Milenio. “Masacres en tres entidades” decía el encabezado de la nota. Para los medios todo está ligado al narco, 44 muertos dejó como saldo el día anterior a la fecha en la que muchas virginidades descansan en paz.
            Llegada la una de la tarde, y asqueados del olor a tomate con cebolla y ajo, salimos de Los Bisquets Obregón y pasamos al mercado antes de volver a casa.  Los mercados y tianguis son elementos característicos de la cultura mexicana desde las reuniones en el Tecpan, cerca de Tlatelolco, hasta nuestros días; sin embargo, hoy parecen ser desplazados por los grandes supermercados.
            Era claro que extrañaba el olor a carne que se percibe al entrar, aunque alguna vez me haya hecho casi vomitar. Salvo los puestos de flores, todo lucía desierto.
En los anteriores, hombres de todas las edades se amontonaban con tal de conseguir el arreglo más bonito para la persona que, por ese día, era la más especial. “¿Por qué este día todo el mundo busca hacer feliz a su pareja?” me pregunté mientras caminaba con el overol de antropólogo inexperto en la espalda.
Después de saludar a 15 vendedores y notar que el día del amor no los hacía más amables que otros días, me fui corriendo al coche; tenía que llegar a la facultad para ver si lo lograba el tan ansiado cambio de grupo en Géneros II.
El tráfico infernal mermó mi llegada tempranera. En la esquina de Eje 10 Sur y Delfín Madrigal comprobé que ese día es lo más normal para todo el mundo, ¡y qué mejor!, con un choque.
Un Tsuru, pintado de taxi, le había dado un besito a un Neón. La actitud de los conductores distaba mucho de lo que había pasado entre los coches, estaban más cercanos los golpes que un ósculo entre los involucrados.
El desorden vial que ese pequeño accidente provocó, había puesto de malas a más de uno, y las mentadas de madre llovían. “Muévanse cabrones” y “Ni les pasó nada” fueron las dos frases que alcancé a escuchar. Me reí porque de verdad, ni les había pasado nada.
Seguía pensando que el 14 de febrero es una fecha con carga significativa mediáticamente hablando, pero que después de las flores o el globo inflado con nitrógeno podía salir a la calle a buscar golpes y fácilmente los conseguiría.
Un mensaje de una buena amiga rompió con la rutina de camino a la escuela. “Tal vez este sea mi primer mensaje de amor”, pensé. Al abrir el mensaje me llevé una sorpresa: “Pedro Mundo ya está inscribiendo a los que quieren el cambio de grupo”.
Evidentemente no era lo que esperaba, pero en ese día, a estas alturas en que nuestro país vive la peor violencia y una de las peores crisis en muchos años; celebrar el 14 de febrero está de más.
Llegando a la escuela, y antes de entrar a mis clases para culminar lo que para mí es un día normal, decidí entregarme al rezo e invoqué al santo de moda. “San Valentín,  sólo quiero pedirte una cosa. Ablándale el corazón al Lic. Pedro Mundo para que me haga mi cambio”.
Al salir de la oficina con la cabeza en alto por la hazaña lograda, entré a las dos clases restantes. Mi día se fue apagando como el sol que día a día experimenta lo mismo.
Vi a otras sesenta parejas besarse, pero el clima no era lo más amoroso, sentía frío, es más, mucha gente se veía abrumada por los regalos y otras personas, en mayoría mujeres, parecían insatisfechas con la flor, la carta o el globo que les había regalado su imaginativa pareja.
Regresé a mi casa y la calle lucía vacía, en el café por el que diario paso, los corazones estaban en el suelo y un malhumorado joven limpiaba las cenizas que había dejado el 14 de febrero, esa imagen quedó en mi cabeza, parecía que levantaba muertos.
Tirado en el sillón, como de costumbre, vi las noticias, Tamaulipas dio de qué hablar, 14 muertos más en un pueblo, ¡qué increíble! Felicidades, México, 14 de febrero, 14 muertos más en tan solo una parcela del estado. La imagen del joven limpiado regresa a mi mente… ¿Hay algo que festejar? 

Un año, ¿olvidar para continuar?

Hace algunos días este espacio cumplió su primer año, tal vez no sea lo más brillante que se ha leído pero me ha servido para darme a conocer, por lo menos entre mis conocidos.

En este año, el abandono ha estado rondando muy de cerca este Diálogo de Silencios, este año he aprendido más fuera de las aulas que dentro de ellas. He roto corazones y me he roto con ellos, he fumado, he bailado, he besado y dicho groserías.

En este año me puse mi primera borrachera hasta vomitar, he sufrido por amigos y me he dado cuenta que no por compartir momentos que hasta ayer eran imborrables, la gente que me rodea es mi amiga. Tal vez no me entienda, o quizá no es mi deseo darme a entender del todo, pienso que este tema sigue siendo doloroso para mí.

Las decepciones fueron como estaciones del metro y aunque yo también decepcioné a mucha gente, me voy contento, aprendí mucho y de muchos. No puedo irme sin pedir disculpas a quien lastimé, a quien hice llorar, no puedo irme sin darle las gracias a la gente que me hizo levantarme con todo y las 5 materias que me hicieron pensar que la carrera no era lo mío.

Hoy, a un año y cuatro días de la apertura de este espacio, puedo decir que he madurado un poco, aunque me falta muchísimo. No he encontrado la pasión de mi vida, ni el estilo que tantos y tantos escritores ansían, pero por lo menos ya escribo con acentos -jaja-.

Hacer el balance del año no es lo ideal, creo que saldría debiendo y podrían mandarme a la guillotina sin problema, he fallado mucho, pero vamos, lo importante es reconocer los errores y aunque a veces me sale lo "mula" que llevo dentro, he aprendido de ellos y en algún momento llegarán los frutos, esperemos que la pena valga la espera jajaja.

No escribí las vivencias del año, porque fácil, podría escribir una novela o hacer una película y mejorar el género de la tragicomedia. Pero seguramente las personas que están a bordo de este tren y las que ya se bajaron desde hace un tiempo, pueden recordar todo lo que pasó, nadie sabe el porqué, pero a todos nos dejó con un sabor en la boca...

sábado, 28 de agosto de 2010

El choque

Dicen que la nota debe remitirte a los hechos aunque ya hayan pasado, se puede decir que es mi primera nota en "forma" y decidí hacerla de mi choque. Como elemento ilustrativo les digo que el choque fue el 2 de diciembre de 2009 (ya llovió) pero después de leer lo que publicó el periódico Milenio el 3 de diciembre, refiriéndose a mi choque, me quedó la espinita de mejorarla.

Saludos.



Carambola matutina dejó tres heridos, cuatro conductores consignados al ministerio público y un bloqueo parcial de dos horas en el perímetro de Circuito Interior en dirección sur, a unos 500 metros de la Calzada de Tlalpan.
A las seis de la mañana, un Volkswagen Jetta circulaba por el carril de alta de Río Churubusco, cuando un taxi se cruzó por su camino, obligando al conductor a frenar de golpe; en seguida, el conductor de un Ford Topaz detuvo la marcha para no golpear al Jetta.
El tercer conductor,  a bordo de un Volkswagen Pointer no alcanzó a frenar su auto y golpeó de lleno al Ford Topaz, ocasionando lesiones en el copiloto del Topaz, una menor de edad que iba en la parte trasera del Jetta y de su propio copiloto. Por último, un Renault Clío se estampó en el Pointer y lo dejó comprimido.
Minutos después los tres heridos fueron trasladados al hospital de zona,  mientras los bomberos realizaron trabajos para evitar futuras explosiones, desconectando las baterías de los autos y echando tierra al pavimento a causa del derrame de líquidos automotrices.
Los conductores fueron trasladados al Juzgado número uno de la demarcación (Iztapalapa) para rendir su declaración y esperar el parte médico de los lesionados para así deslindar responsabilidades.

La mujer perfecta

Este cuento tiene un gran valor para mi, fue el que me valió el 10 en el pasado Taller de Redacción y fue también una satisfacción para mi incipiente camino hacia la escritura.

Debo mencionar que no es un cuento cualquiera, tiene un íncipit hecho por Irene Castro y el detalle de la redondez se lo dí buscando un final raro y que así los lectores se dieran un viaje con mi texto.

Disfrútenlo, es mi tesoro...


Camilo la observaba. Era perfecta a la luz de la luna. Su espalda y su cintura habían sido labradas con cinceles de oro y su piel era de seda. No se atrevía a tocarla, ni siquiera con la mirada, sabía que no podía. Pero ahí estaban los dos, él atónito ante su belleza y ella inmóvil a causa de la parálisis que sus piernas le ocasionaba.
La vida no había sido color de rosa para Camilo, a los tres años perdió a su papá, quien intentó cruzar pal otro lado y el desierto lo secó poco a poco. Lucrecia, su madre, intentó darle todo lo que podía, una educación de paga y ropa de marca como los niños de alto estrato social no estuvieron presentes en su vida pero los pocos centavos que le dejaban las quesadillas que vendía eran para cubrir las necesidades de aquel hombre.
A los nueve años entró a trabajar a la carpintería de don Jacinto, el oficio no le gustaba pero la situación cada día era más apretada. Tiempo después conoció a su primer amor, Sara. Sus ojos eran capaces de calmar cualquier tempestad, sus manos eran suaves y tersas como las de una princesa del siglo XV, su nariz era tan respingada que podía ganar el primer premio en un concurso de zanahorias gourmet, pero había algo mal en ella, la polio causaba estragos en su vida y sus días estaban contados.
Cuatro meses se les vio pasear por las calles de la enigmática Lagunilla, cuatro meses de incesante aprendizaje. Lilo (como le decían sus amigos) le encontró el gusto a la carpintería y cómo no encontrárselo si era lo que solventaba las constantes pero baratas salidas con su novia. La noche del 23 de agosto, y después de tres semanas en el hospital, un diafragma paralizado por la mala atención de su enfermedad le puso fin a la vida de Sara y con ella el punto final de la historia de amor.
La depresión hizo que Camilo dejara la escuela y el trabajo que le ofrecía don Jacinto. Los niños del barrio le ofrecieron una mano amiga y él poco a poco fue enamorándose del modo de vida que se llevaba en la calle. Thinner para calmar el hambre, destilado de agave para las noches de fiesta y marihuana para cuando había dinero, se volvieron sus artículos más utilizados.
Para continuar en la banda de los Carvajales de Peralvillo tenía que entrar al campo laboral: robo a mano armada, secuestro exprés y robo de autopartes eran las tres vertientes que le hacían ojitos. Se decidió por la última de las opciones y con el paso del tiempo fue haciéndose de fama entre los chicos de la banda. Diez años pasaron y las “ligas mayores” no podían esperarlo, se convirtió en un prominente secuestrador.
El golpe que le pondría fin a su carrera como delincuente (por un rato) era secuestrar al hijo de un empresario que vivía en la colonia Narvarte. El plan había salido a la perfección, el junior no había puesto resistencia y se disponían a hablarle al padre para pedir una jugosa cantidad a cambio de su vida.
Un error terminó con todo, no contaban con que unos amigos habían seguido al secuestrado de la escuela hacia su casa. En el entronque de Eje Central y Morelos un grupo de policías culminaron el sueño del último secuestro. Después de un agotante proceso, la sentencia llegó y el Reclusorio Oriente se volvió su nueva casa, al menos por 15 años de su todavía inexperta vida.
En las frías noches de la cárcel, Camilo soñaba con la libertad, la imaginaba como una mujer sin precedentes, hermosa de pies a cabeza pero también inalcanzable. En el día, ese joven soñador desaparecía para seguir con la ley de la selva, él era de los más fuertes y de los que más gente seguía.
Detrás de la tranquilidad que denotaba, un plan de fuga se cocinaba entre los reos y Lilo era de los principales cerebros. “Parece que esa mujer no es tan inalcanzable”, se repetía una y otra vez al pensar en la huida.
“Para una sublevación se necesitan huevos e inteligencia y tú las tienes” fueron las palabras que le lanzó El Viejo antes de intentar la hazaña. El día “D” había llegado, los cinco Carvajales y otros 10 reos estaban listos para empezar el motín. Camilo prendió fuego a la sala de los guardias y el desorden comenzó.
El plan salió a la perfección. Parado en el umbral de la libertad la observaba. Era perfecta a la luz de la luna pero no se atrevía a tocarla, después de todo, la trampa no era lo que Lucrecia le había enseñado. Ahí estaban los dos. Él atónito ante su belleza y ella inmóvil a causa de la parálisis que Camilo experimentaba

De vuelta...

Hay días en los que ni siquiera dan ganas de salir de casa, algunos dicen que se trata de levantarse con el pie izquiero... hoy fue un día de esos