Deambulando por ti... Fulgor de Palabras

Es de noche, cansado por la abrumadora rutina que inunda mis días decido entrar al Fulgor de Palabras, en la presentación encuentro que no es un sitio cualquiera, es una oportunidad de salir de ese anonimato en el que vivimos al ser estudiantes de esta carrera.


Paso por la pestaña que tiene el nombre del profesor, es un espacio corto, tal vez porque no es su intención quitarle importancia a los trabajos más sobresalientes de las materias que imparte, es más bien, un espacio de avisos.

Entrando a Géneros III me sorprende la foto del grupo entero, yo, intuyo que fue un grupo muy unido pero ahora eso no es lo más importante.

El texto que más me gustó fue el de nuestra hoy adjunta Irene Castro, que lleva por nombre "Con Tu Aroma Te Reconozco, Chilanga", en él encuentro una forma muy diferente de retratar un poco de esta magnífica ciudad sin recurrir al método cuadrado de la descripción con pelos y señales.

Después de leer los 7 textos me doy cuenta que ya es mas tarde y decido ir por un vaso de leche y algunas galletas –es mejor leer si tienes una botanita que no permite la distracción estomacal- es el turno de Periodismo y Lenguaje Narrativo, estando ahí veo una foto del grupo pero en una pose mas cómica, muchos con un símbolo mexicano por excelencia, las luchas, mi intuición dejo de volar y descubrí que el profesor no es un tipo que solo se limita a aburrir chavos en su clase, sino que permite que se suelten los alumnos.

He llegado a La Cultura Guapachosa -como no leerlo si habla de mi bien amado Froylancito de la Rumba, un profe que quieras o no llegas a querer, su clase siempre llena de anécdotas, los viernes que tocan y por supuesto La Rumba Es Cultura- me deleito al leer la entrevista que le realizó Nadia sobre cultura pero rápidamente termino y me decido a leer Afortunadamente… Hay Besos que Matan, hecho por mi amiga Ruth, en donde se continua con las entrevistas, ahora es turno de la profesora Lucía Rivadeneyra. Esta entrevista abunda en diversos temas pero el más “rico” es el de los besos, “Caray, un beso ¡qué rico!, cómo se antoja en este momento”.

Después de leer lo hecho por los compañeros del taller de redacción y con mi mente merodeando los besos siento que es suficiente por el día de hoy, así es que, con un gratísimo sabor de boca me acuesto en mi cama a esperar a que Morfeo llegue y me lleve a un mundo en donde el pudor no existe, aunque al despertar vuelva a aquella masa pesada y gris conocida como rutina.

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